Si pensamos en la noción de tiempo, acabamos descubriendo lo poco que lo comprendemos. Sin contar los relojes y números que nos orientan para organizar nuestras rutinas, no sabemos más nada de él. Solo nos proporciona el significado del principio y del fin. Por eso mismo, por alguna razón, aquí el tiempo se mueve dentro de nosotros de otra forma. Pasa por un lugar de nuestro cuerpo y mente, que hace que lo percibamos más duradero. Este síntoma no solo lo siento yo, si no escritores como Michel Houellebecq compartía este sentimiento diciendo: “Nada cambia en la isla. ¿Estaba ya todo cambiado?¿O acaso es un perpetuo retorno del destino marcado por el azar?”.
If we reflect upon the notion of Time, we end up discovering how little we comprehend. Leaving aside watches and numbers that guide us in order to organise our routines, we do not know a great deal about it. It only provides us with the meaning of the beginning and the end. Therefore, for some reason, time here moves within us in a different way. It flows within our hearts and minds so we can perceive it in a more long-lasting manner. Michel Houellebecq describes this feeling perfectly in the following quote: 'Nothing changes on the island. Was everything already changed? Or is it an eternal come-back of destiny marked by fate?’